viernes, 7 de febrero de 2014

SINCRETISMO RELIGIOSO EN MÉXICO.



Evangelización en la Nueva España

Víctor M. Maya.

La colonización se encontró con las dificultades de intentar quitar absolutamente la tradición politeísta de los indios. Prácticamente se volvió obligatorio el culto a las imágenes cristianas amonestando y torturando a quien no las siguieran. En este punto hubo dos vertientes. Una fue que los indios siguieron adorando a sus dioses a escondidas, en altares ocultos y rituales en lugares solitarios para que no fueran vistos. La segunda y más efectiva fue la adopción de las deidades católicas como imágenes pero como representación de sus antiguos dioses, por ejemplo: la Virgen María representaba a Tonantzin, la diosa madre indígena, algunas veces algunos evangelizadores llegaron a utilizar el nombre indígena para referirse a María. De la misma forma al infierno cristiano se le llamo Mictlan y a dios se le denomino como Intloque in nahuaque “el amo de lo próximo y de lo lejano” que de origen calificaban a Ometeotl, señor de la dualidad de quien Tezcatlipoca y Quetzalcoatl eran dos de las múltiples manifestaciones

La evangelización se intentó a “tabula rasa” lo que significaba implantarla intacta, hacerse cumplir los mandamientos y la ley de la iglesia sin restricciones ni interpretaciones. Conforme se fue desarrollando, poco a poco se transformó en lo que se denomina ahora cristianismo popular, esto es que la antigua religión indígena fue penetrando en el cristianismo, esto porque nunca se pudo llegar a abolir como en un principio se intentó. Los indios por su parte hacían hincapié en las características del cristianismo que más compartía con su cosmología, por ejemplo: la aceptación de los santos fue bastante rápida ya que estos representaban de alguna manera el politeísmo; el crucifico también fue aceptado ampliamente con gran ahínco en las facciones de sacrificio de un ser humano y la sangre en el mismo.

Las edificaciones de las nuevas iglesias se hicieron primordialmente sobre ejemplos indígenas, esto con la finalidad de representar el nuevo dominio, sin embargo los indígenas al estar en estas creían estar adorando a los antiguos dioses por lo sagrado que ya era el lugar. Aunado a esto se escondían imágenes de los antiguos dioses en los altares para así poderlos adorar mientras fingían adoración a los del cristianismo. Estas relaciones del indio con la nueva iglesia se volvieron cada vez más frecuentes, así fue como nació el cristianismo popular basado en el sincretismo.

Un sincretismo, en antropología cultural y religión, es un intento de conciliar doctrinas distintas. Comúnmente se entiende que estas uniones no guardan una coherencia sustancial. También se utiliza en alusión a la cultura o la religión para resaltar su carácter de fusión y asimilación de elementos diferentes.

2 DE DICIEMBRE

Sin duda una de las grandes leyendas en México es la del indio Cuauhtlatoatzin (La venerable águila que habla) o como popularmente se le conoce: Juan Diego, se cuenta que la madrugada del 9 de diciembre de 1531, Juan Diego iba por el cerro del Tepeyac, cuando vio una nube resplandeciente y una voz dulce que le llamaba por su nombre y en su idioma el náhuatl: “Hijito, mío, Juan Diego, a quien amo tiernamente como a un pequeño y delicado, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, mostraré mi clemencia amorosa a quienes me buscan”. Es en ese momento cuando la bella Señora le pide que le solicite al obispo, Juan de Zumárraga, le edifique allí un templo. El 12 de diciembre le entregaría a Juan Diego la prueba que solicitó el incrédulo obispo de la veracidad de la aparición.

 De la misma forma que la “Virgen Morena” como nueva madre de los mexicanos, así tomando la potestad de tonatzin. Este caso como algunos otros fueron importantes y necesarios para una mejor aceptación de la religión por parte de los indios, vemos así que la iglesia genero circunstancias que propiciaran una mejor asimilación, esto mezclando rasgos indígenas como el caso de la primera deidad de piel morena. Los indios por su parte aprovecharon esto para que su cultura no sucumbiera y rescatar valiosos aspectos de su cosmología

SINCRETISMO CULTURAL Y RELIGIOSO EN LAS CELEBRACIONES DEL 25 DE DICIEMBRE Y FIN DE AÑO EN MÉXICO. Comunicado No. 2083/2010

Los chamulas de las altas montañas de Chiapas, autonombrados hijos de San Juan; celebran además el final de cada año agrícola, con un vistoso carnaval para ayudar a renacer el Sol y el advenimiento de un nuevo ciclo calendárico maya. Esta celebración coincide con la fiesta cristiana del carnaval (febrero). A estos juegos del Fuego asisten 50 mil indígenas y durante cinco días (120 horas) llevan a cabo una serie de rituales bajo el mando de un grupo de personajes principales, organizados religiosamente, cuyas ceremonias culminan el día anterior a la conmemoración cristiana del Miércoles de Ceniza.

Fuego Nuevo

En el Estado de Michoacán los indígenas celebran el fin de Año católico, asistiendo a misas y celebrando con una cena en familia, y cantando pirekuas. Además, los purépecha, que guardan celosamente sus tradiciones ancestrales, celebran también el fin de año del 31 de enero al 2 de febrero, donde se realiza el ritual del Fuego Sagrado; que se enciende en honor de su deidad principal Kurikaueri. Es una celebración de unión para todos los descendientes de Purépecha, para reconstruir la Ireta (el pueblo) tomando en cuenta las raíces de sus antepasados.

En dicha ceremonia invocan a sus dioses para que los guíen y les ayuden a encontrar la sabiduría antigua para la unión y reconstrucción del pueblo, ante los ojos de los turhixi (hombres blancos). Se entregan los símbolos que representan a su cultura, la bandera de los purépecha, la piedra sagrada y el bastón de mando. Esta celebración, se lleva a cabo en la isla de Jarácuaro, una de las nueve islas del lago de Pátzcuaro.

En el norte de México (en la Sierra Madre Occidental, que atraviesa el estado de Chihuahua y el suroeste de Durango y Sonora), los rarámuri, que significa corredores a pie, celebran algunas fiestas del calendario católico, siendo las más cercanas a su tradición la Candelaria, Semana Santa, Navidad y fin de año, particularmente, el día de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre.

El calendario festivo está estrechamente relacionado con el ciclo agrícola, y llevan a cabo las danzas de Matachines y Yúmari. En la Semana Santa se baila Fariseos y Pascola, y se ofrece tesgüino y comida a Onóruame, que se comparte con los asistentes a la celebración.

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